CARL GUSTAV HEMPEL (1905-1997)
CARL GUSTAV HEMPEL (1905-1997)
(Actividad de ACOFI el 24 de agosto de 2005 con motivo de los 100 años del nacimiento de Hempel)
Dr.Luis Camacho
C.G. Hempel nació el 8 de enero de 1905 en Oranienburg, al norte de Berlín. Estudió en el Realgymnasium de Berlín y en 1923 fue admitido en la Universidad de Gotinga, donde estudió matemáticas con David Hilbert y lógica simbólica con Heinrich Behmann. Hempel quedó muy impresionado con el intento de Hilbert de probar la consistencia de las matemáticas. En ese mismo año se trasladó a la Universidad de Heidelberg, donde estudió matemáticas, física y filosofía. A partir de 1924 estudió en Berlín, donde Reichenbach lo presentó al Círculo de Berlín. Allí estudió física con Max Planck y lógica con von Neumann.En 1929 participó en el congreso organizado en Praga por los positivistas lógicos, quienes habían fundado la Verein Ernst Mach el año anterior, como apoyo legal para el grupo conocido como Círculo de Viena. Este congreso fue el primero de una serie que se continuó hasta 1939. Conoció a Carnap, y se trasladó a Viena donde llevó tres cursos con Carnap, Schlick y Waismann, y participó en las reuniones del Círculo de Viena. En 1934 obtuvo el doctorado en filosofía en Berlín, con una disertación sobre la teoría de la probabilidad. Ese mismo año se trasladó a Bélgica, gracias a la ayuda de un amigo de Reichenbach llamado Paul Oppenheim, con el que tuvo una estrecha colaboración posterior. Con él publicó dos años después El concepto de tipo a la luz de la nueva lógica. En 1937 Hempel fue invitado a trabajar en la Universidad de Chicago, donde ya se encontraba Carnap. Después de un año más en Bélgica, finalmente emigró a Estados Unidos en 1939. Enseñó en el City College y el Queens College en Nueva York entre 1940 y 1948, años en que su interés se centró en la teoría de la confirmación y explicación. Entre 1948 y 1955 enseñó en Yale, y a partir de 1955 en Princeton. Después de pensionarse continuó enseñando en Irvine (California), Jerusalén y Pittsburg. Murió el 9 de noviembre de 1997 en Princeton, New Jersey.
Ahora me interesa hacer dos consideraciones históricas.
(1) Como todos los que estuvieron asociados a los círculos positivistas de Viena, Berlín, Varsovia y Lemberg, Hempel sufrió la persecución del régimen nazi. A diferencia de otros filósofos de la época como Heidegger y Sartre , que nunca fueron molestados por los nazis , los miembros del movimiento posivista fueron considerados enemigos por los nazis desde muy pronto. Cuando el fundador del Círculo de Viena, Moritz Schlick, fue asesinado por el estudiante Johann Nelböck el 21 de junio de 1936, un escrito que se propagó en forma anónima acusó a los positivistas de ser judíos, comunistas y ateos, y añadía:
¡Que los judíos tengan sus filósofos judíos en su instituto cultural! Pero las cátedras filosóficas en la Universidad de Viena deben ser para filósofos cristianos.
De hecho Schlick era Protestante y no judío, pero esto importaba poco. Los nazis percibieron correctamente que los positivistas representaban una amenaza contra ellos. El asesino de Schlick fue considerado un héroe y encontró trabajo en una oficina gubernamental. En 1938, en un discurso a la prensa (Jonathan Glover,Humanity p. 363) Hitler dijo de los intelectuales
“Desafortunadamente los necesitamos; de otro modo, no lo sé, algún día podemos exterminarlos, o algo así. “
El papel social de los filósofos existe porque el ambiente intelectual es importante. En Alemania y Austria poco antes de la llegada de los nazis floreció el pensamiento filosófico como pocas veces antes, en particular con los Círculos de Viena y Berlín. Estos dos grupos, partes de un mismo movimiento, fueron brutalmente perseguidos. El papel de justificar filosóficamente el movimiento nazi lo asumieron los filósofos de la Sociedad Filosófica Alemana, que en 1934 aceptaron la tarea de usar el poder de la filosofía para la construcción de una visión del mundo típicamente alemana, siguiendo los pasos de Fichte quien consideraba que la filosofía estaba asociada con las características del ser alemán. El principal filósofo nazi fue Alfred Bäumler, especialista en la filosofía política de Nietzsche. De él es la siguiente cita( Glover, 367):
Si hoy vemos a la juventud alemana marchar bajo el estandarte de la esvástica, eso nos recuerda las meditaciones inoportunas de Nietzsche, en las que se convocó a estos jóvenes por primera vez (...) Si hoy gritamos ¡Heil Hitler ! a estos jóvenes, al mismo tiempo estamos saludando a Nietzsche.
Los nazis hicieron amplio uso de Nietzsche porque mucho de lo dicho por ese filósofo se prestaba a sus propósitos, pero ni Nietzsche ni quienes lo tomaron como su maestro encontraron eco en el positivismo lógico.
(2) Para la segunda anotación histórica hay que saltar unos cuantos años. En el número 2 del volumen 37 de Philosophy of Science , correspondiente a junio de 1970, alguien llamado A.V. Bushkovitch escribe un corto artículo titulado “La filosofía de la ciencia como modelo para toda la filosofía”, en el que afirma que esa disciplina debería ser asumida como modelo por todas las demás ramas de la filosofía, pues se ha dado un consenso casi universal entre los filósofos de la ciencia, como se demuestra con las obras Philosophy of Science de Phillip Frank (1957), Philosophy of Natural Science de Carl Gustav Hempel (1966) y The Structure of Science de Ernest Nagel (1961). No las cita Bushkovitch, pero se podrían incluir por supuesto la obra de Norman Campbell What is Science ? (1952), la de R.Carnap Philosophical Foundations of Physics (1966) , la de Peter Caws The Philosophy of Science (1965)(quien por cierto visitó la Universidad de Costa Rica), y otras muchas de esa época. Con otra orientación, Thomas S. Kuhn ya había publicado la primera edición de La Estructura de las Revoluciones Científicas en 1962, pero como se sabe el impacto mayor lo produjo la segunda edición en 1970, contemporánea de la obra de Feyerabend Contra el método, que reforzó el enfoque sociologista y externalista prevaleciente después. Como se ve en los títulos y subtítulos de algunos de los libros mencionados, la principal preocupación de los filósofos de la ciencia de orientación analítica fue y sigue siendo la explicación científica vista desde la lógica, no la ambientación sociológica o psicológica de las teorías.
Pasemos ahora al esquema del modelo hempeliano de explicación científica. Se puede esquematizar de la siguiente manera:
Un par ordenado {T,C} de enunciados de un lenguaje científico L es un explanans para un enunciado singular E en L si y solo si:
(1) T es una teoría
(2) C es un singular
(3) {T,C}---> E
(4) Hay una clase de enuciados básicos K (de L) tal que:
1. K---> C
2. ¬(K ---> E)
3. ¬(K---> ¬T)
Este modelo está diseñado ante todo para explicar el tipo de explicación científica que tiene lugar cuando alguna observación reportada en un enunciado E se sigue deductivamente de alguna teoría expresada en un enunciado T conjuntamente con algunas observaciones relevantes previas reportadas en el enunciado C. La teoría que aparece en la primera condición describe una clase de sentencias que se definen en el lenguaje L, que a su vez es formalizable en un cálculo lógico de primer orden sin identidad y tiene como vocabulario primitivo extralógico una clase de constantes individuales que designan objetos físicos o ubicaciones espacio-temporales , y una clase de predicados que expresan propiedades y relaciones de la clase de individuos designados por las constantes individuales. La diferencia fundamental de la teoría respecto de las otras partes del esquema de explicación es que en ella aparecen cuantificadores, de modo que el enunciado de la teoría no es equivalente a ningún enunciado singular en L.
La principal objeción que se le hizo a este esquema es que una vez aplicado a casos concretos la relevancia del explanans para el explanandum se pierde. Esta relevancia se basa en nuestra concepción intuitiva de la causalidad, de modo que en términos muy simples podemos decir que la búsqueda de una explicación para un hecho es la búsqueda de la causa de ese hecho, como ya lo había dicho Aristóteles en las primeras líneas del capítulo segundo del primer libro de la Analítica Posterior. En su obra de 1965 Aspects of scientific explanation and other essays in the philosophy of science (1965) Hempel afirma que la explicación consiste en subsumir lo que hay que explicar dentro de una ley causal, pero luego identifica la ley causal con aquella que expresa una conexión general y sin excepciones entre características específicas de eventos. Ahora bien, esta identificación equivale a decir que una ley causal no hace referencia a causas reales. No se dice qué es lo que determina la conexión entre eventos, o lo que los vuelve inteligibles. En Filosofía de la ciencia natural, página 84 de la edición en español, reduce la causalidad a la conexión constante:
“las leyes generales correspondientes están siempre presupuestas por un enunciado explicativo, según el cual un evento concreto de un determinado tipo G (por ejemplo, la expansión de un gas a presión constante, el flujo de una corriente en una espira de alambre) tenía como causa un evento de otro tipo, F (por ejemplo, el calentamiento del gas; el movimiento de la espira a través de un campo magnético). Para llegar a esto no necesitamos entrar en las complejas ramificaciones de la noción de causa; basta con señalar que la máxima “La misma causa, el mismo efecto”, cuando se aplica a esos enunciados explicativos, implica una pretensión: la de que cuando se produce un evento de tipo F, éste viene acompañado de un evento de tipo G.”
Aunque mucho se ha discutido sobre la explicación científica- a pesar de la avalancha de sociologismo y externalismo posteriores- las ideas de Hempel sobre el tema aún siguen despertando interés. Al recordar los cien años de su nacimiento, vale la pena revivir también la discusión sobre un tema que sigue siendo importante aunque pretendamos ignorarlo.
(Actividad de ACOFI el 24 de agosto de 2005 con motivo de los 100 años del nacimiento de Hempel)
Dr.Luis Camacho
C.G. Hempel nació el 8 de enero de 1905 en Oranienburg, al norte de Berlín. Estudió en el Realgymnasium de Berlín y en 1923 fue admitido en la Universidad de Gotinga, donde estudió matemáticas con David Hilbert y lógica simbólica con Heinrich Behmann. Hempel quedó muy impresionado con el intento de Hilbert de probar la consistencia de las matemáticas. En ese mismo año se trasladó a la Universidad de Heidelberg, donde estudió matemáticas, física y filosofía. A partir de 1924 estudió en Berlín, donde Reichenbach lo presentó al Círculo de Berlín. Allí estudió física con Max Planck y lógica con von Neumann.En 1929 participó en el congreso organizado en Praga por los positivistas lógicos, quienes habían fundado la Verein Ernst Mach el año anterior, como apoyo legal para el grupo conocido como Círculo de Viena. Este congreso fue el primero de una serie que se continuó hasta 1939. Conoció a Carnap, y se trasladó a Viena donde llevó tres cursos con Carnap, Schlick y Waismann, y participó en las reuniones del Círculo de Viena. En 1934 obtuvo el doctorado en filosofía en Berlín, con una disertación sobre la teoría de la probabilidad. Ese mismo año se trasladó a Bélgica, gracias a la ayuda de un amigo de Reichenbach llamado Paul Oppenheim, con el que tuvo una estrecha colaboración posterior. Con él publicó dos años después El concepto de tipo a la luz de la nueva lógica. En 1937 Hempel fue invitado a trabajar en la Universidad de Chicago, donde ya se encontraba Carnap. Después de un año más en Bélgica, finalmente emigró a Estados Unidos en 1939. Enseñó en el City College y el Queens College en Nueva York entre 1940 y 1948, años en que su interés se centró en la teoría de la confirmación y explicación. Entre 1948 y 1955 enseñó en Yale, y a partir de 1955 en Princeton. Después de pensionarse continuó enseñando en Irvine (California), Jerusalén y Pittsburg. Murió el 9 de noviembre de 1997 en Princeton, New Jersey.
Ahora me interesa hacer dos consideraciones históricas.
(1) Como todos los que estuvieron asociados a los círculos positivistas de Viena, Berlín, Varsovia y Lemberg, Hempel sufrió la persecución del régimen nazi. A diferencia de otros filósofos de la época como Heidegger y Sartre , que nunca fueron molestados por los nazis , los miembros del movimiento posivista fueron considerados enemigos por los nazis desde muy pronto. Cuando el fundador del Círculo de Viena, Moritz Schlick, fue asesinado por el estudiante Johann Nelböck el 21 de junio de 1936, un escrito que se propagó en forma anónima acusó a los positivistas de ser judíos, comunistas y ateos, y añadía:
¡Que los judíos tengan sus filósofos judíos en su instituto cultural! Pero las cátedras filosóficas en la Universidad de Viena deben ser para filósofos cristianos.
De hecho Schlick era Protestante y no judío, pero esto importaba poco. Los nazis percibieron correctamente que los positivistas representaban una amenaza contra ellos. El asesino de Schlick fue considerado un héroe y encontró trabajo en una oficina gubernamental. En 1938, en un discurso a la prensa (Jonathan Glover,Humanity p. 363) Hitler dijo de los intelectuales
“Desafortunadamente los necesitamos; de otro modo, no lo sé, algún día podemos exterminarlos, o algo así. “
El papel social de los filósofos existe porque el ambiente intelectual es importante. En Alemania y Austria poco antes de la llegada de los nazis floreció el pensamiento filosófico como pocas veces antes, en particular con los Círculos de Viena y Berlín. Estos dos grupos, partes de un mismo movimiento, fueron brutalmente perseguidos. El papel de justificar filosóficamente el movimiento nazi lo asumieron los filósofos de la Sociedad Filosófica Alemana, que en 1934 aceptaron la tarea de usar el poder de la filosofía para la construcción de una visión del mundo típicamente alemana, siguiendo los pasos de Fichte quien consideraba que la filosofía estaba asociada con las características del ser alemán. El principal filósofo nazi fue Alfred Bäumler, especialista en la filosofía política de Nietzsche. De él es la siguiente cita( Glover, 367):
Si hoy vemos a la juventud alemana marchar bajo el estandarte de la esvástica, eso nos recuerda las meditaciones inoportunas de Nietzsche, en las que se convocó a estos jóvenes por primera vez (...) Si hoy gritamos ¡Heil Hitler ! a estos jóvenes, al mismo tiempo estamos saludando a Nietzsche.
Los nazis hicieron amplio uso de Nietzsche porque mucho de lo dicho por ese filósofo se prestaba a sus propósitos, pero ni Nietzsche ni quienes lo tomaron como su maestro encontraron eco en el positivismo lógico.
(2) Para la segunda anotación histórica hay que saltar unos cuantos años. En el número 2 del volumen 37 de Philosophy of Science , correspondiente a junio de 1970, alguien llamado A.V. Bushkovitch escribe un corto artículo titulado “La filosofía de la ciencia como modelo para toda la filosofía”, en el que afirma que esa disciplina debería ser asumida como modelo por todas las demás ramas de la filosofía, pues se ha dado un consenso casi universal entre los filósofos de la ciencia, como se demuestra con las obras Philosophy of Science de Phillip Frank (1957), Philosophy of Natural Science de Carl Gustav Hempel (1966) y The Structure of Science de Ernest Nagel (1961). No las cita Bushkovitch, pero se podrían incluir por supuesto la obra de Norman Campbell What is Science ? (1952), la de R.Carnap Philosophical Foundations of Physics (1966) , la de Peter Caws The Philosophy of Science (1965)(quien por cierto visitó la Universidad de Costa Rica), y otras muchas de esa época. Con otra orientación, Thomas S. Kuhn ya había publicado la primera edición de La Estructura de las Revoluciones Científicas en 1962, pero como se sabe el impacto mayor lo produjo la segunda edición en 1970, contemporánea de la obra de Feyerabend Contra el método, que reforzó el enfoque sociologista y externalista prevaleciente después. Como se ve en los títulos y subtítulos de algunos de los libros mencionados, la principal preocupación de los filósofos de la ciencia de orientación analítica fue y sigue siendo la explicación científica vista desde la lógica, no la ambientación sociológica o psicológica de las teorías.
Pasemos ahora al esquema del modelo hempeliano de explicación científica. Se puede esquematizar de la siguiente manera:
Un par ordenado {T,C} de enunciados de un lenguaje científico L es un explanans para un enunciado singular E en L si y solo si:
(1) T es una teoría
(2) C es un singular
(3) {T,C}---> E
(4) Hay una clase de enuciados básicos K (de L) tal que:
1. K---> C
2. ¬(K ---> E)
3. ¬(K---> ¬T)
Este modelo está diseñado ante todo para explicar el tipo de explicación científica que tiene lugar cuando alguna observación reportada en un enunciado E se sigue deductivamente de alguna teoría expresada en un enunciado T conjuntamente con algunas observaciones relevantes previas reportadas en el enunciado C. La teoría que aparece en la primera condición describe una clase de sentencias que se definen en el lenguaje L, que a su vez es formalizable en un cálculo lógico de primer orden sin identidad y tiene como vocabulario primitivo extralógico una clase de constantes individuales que designan objetos físicos o ubicaciones espacio-temporales , y una clase de predicados que expresan propiedades y relaciones de la clase de individuos designados por las constantes individuales. La diferencia fundamental de la teoría respecto de las otras partes del esquema de explicación es que en ella aparecen cuantificadores, de modo que el enunciado de la teoría no es equivalente a ningún enunciado singular en L.
La principal objeción que se le hizo a este esquema es que una vez aplicado a casos concretos la relevancia del explanans para el explanandum se pierde. Esta relevancia se basa en nuestra concepción intuitiva de la causalidad, de modo que en términos muy simples podemos decir que la búsqueda de una explicación para un hecho es la búsqueda de la causa de ese hecho, como ya lo había dicho Aristóteles en las primeras líneas del capítulo segundo del primer libro de la Analítica Posterior. En su obra de 1965 Aspects of scientific explanation and other essays in the philosophy of science (1965) Hempel afirma que la explicación consiste en subsumir lo que hay que explicar dentro de una ley causal, pero luego identifica la ley causal con aquella que expresa una conexión general y sin excepciones entre características específicas de eventos. Ahora bien, esta identificación equivale a decir que una ley causal no hace referencia a causas reales. No se dice qué es lo que determina la conexión entre eventos, o lo que los vuelve inteligibles. En Filosofía de la ciencia natural, página 84 de la edición en español, reduce la causalidad a la conexión constante:
“las leyes generales correspondientes están siempre presupuestas por un enunciado explicativo, según el cual un evento concreto de un determinado tipo G (por ejemplo, la expansión de un gas a presión constante, el flujo de una corriente en una espira de alambre) tenía como causa un evento de otro tipo, F (por ejemplo, el calentamiento del gas; el movimiento de la espira a través de un campo magnético). Para llegar a esto no necesitamos entrar en las complejas ramificaciones de la noción de causa; basta con señalar que la máxima “La misma causa, el mismo efecto”, cuando se aplica a esos enunciados explicativos, implica una pretensión: la de que cuando se produce un evento de tipo F, éste viene acompañado de un evento de tipo G.”
Aunque mucho se ha discutido sobre la explicación científica- a pesar de la avalancha de sociologismo y externalismo posteriores- las ideas de Hempel sobre el tema aún siguen despertando interés. Al recordar los cien años de su nacimiento, vale la pena revivir también la discusión sobre un tema que sigue siendo importante aunque pretendamos ignorarlo.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home